Viajes a lo cateto
Hoy voy a hablaros de esos maravillosos viajes que se hacen con poco dinero, muchos tupper (o "tapes" como los solemos pronunciar todos aquellos a los que nuestro nivel de inglés es triste y agonizante) y muchas ganas de reír. Esos viajes de macuto y zapatillas, de gominolas y cojines.
En mi casa somos de viajar, y viajar mucho. Mis padres son dos almas errantes y curiosas que quieren descubrir el mundo como sea. Por eso y gracias a eso, hemos realizado viajes de hotel y avión y de furgoneta y hostal. ¿Cuales son mejores? Mil veces siempre diré los de furgoneta.
Los días anteriores al viaje no tienes que preocuparte de preparar esos tacones nuevos o ese vestido fabuloso, la ropa es lo que pilles que sea cómodo y te sirva si hace frio o calor. Así que la única preocupación es sólo que comer. Pan de pueblo (que no se pone duro y aguanta sin problemas), jamón y queso, algo de verdura para un ensalada, una empanada de jamón y queso (que le gusta a todo el mundo) y por supuesto, el plato estrella de todo dominguero y perdido de la cabeza que se va de camping en España: la tortilla de patatas. Que no se te olvide el aceite, que siendo de Jaen seria un pecado no nombrarlo.
Lo siguiente es preparar la furgoneta. Amplia y donde pueden ir todos los que vayamos. Lo de la comodidad es algo secundario en el viaje, hay que tener prioridades. Colocas cojines de casa y mantas, botellas de agua, gominolas y patatas diversas y el rollo de papel higiénico. No te sorprendas, ya sabéis que la vida es como es.
Y simple, adiós preparativos. No es necesario plantear un ruta, ni siquiera un destino, algunas veces ni siquiera saber cuantos días va a durar el viaje. Esos viajes son tan geniales que no necesitan nada más ya que todo lo que se añada, todo lo que se prepare, sólo lo estropea.
Adoro esas horas de incomodidad y ruido de motor acompañados de carcajadas, fotografías comprometidas y anécdotas a tutiplén. Da igual que te duela el cuello o que los riñones te hormigueen, tu vas encantado porque vas con tu gente, haciendo lo que os apetece cuando os apetece.
Esos maravillosos viajes improvisados y divertidos, los puedes hacer con todo tipo de gente, de cualquier edad o gustos, sólo deben tener una condición, no tener problemas con el tiempo. Cuando vas en un viaje en furgoneta tardas más, eso es obvio, pero también haces más paradas. Que a alguien le da gana de comer, pues paras, sacáis las mesas, las hamacas y las neveras azules de la playa. Pasas por un pueblo y ves que el nombre te suena al que una vez el vecino de tu primo dice que fue y que dijo que aquello era precioso, pues paras, te bajas y los buscas. Luego puede ser que fuera una birria, pero también puede que sea lo más maravilloso que has visto nunca. Y como no tienes prisa, como llevas todo lo que necesitas en la furgoneta, que más da las horas que tardes, nadie te ha dicho que no puedas hacerlo. Recuerdo un viaje a Portugal y que acabamos pasando por Salamnca, Ávila y Ciudad Rodrigo. Mi padre quería parar en este último pueblo, precioso y os lo recomiendo, porque fue la primera ciudad donde existió alguien con nuestro apellido en la actual España. Nos tiramos toda la mañana buscando el escudo de nuestra familia, no os voy a decir el resultado, sólo que las fachadas de las casas preciosas pero nos volvimos como estábamos. Sin embargo, ¿qué problema había? Ninguno, porque habíamos visitado un pueblo precioso.
Esos viajes son de descubrimiento sin duda, pero también de descubrir si, pero porque te pierdes. En un viaje a furgoneta el GPS sólo puede utilizarse en caso de extrema necesidad, o sea, cuando no tienes ni pajolera idea de donde estas.
Os lo aseguro, los mejores viajes del mundo no tienen porque durar meses, ni dar vueltas alrededor del mundo, 5 estrellas o servicio de habitaciones. No es necesario de cuesten miles de euros. Los mejores viajes, son de tortilla, pagar la gasolina a medias y hoteles baratos, sólo tienes que ir es bien acompañado.
Pd:bss Rosarico jajajaa ¿no querías que te escribiera? Jajaja
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